Aunque todavía no ha abierto sus puertas en Ávila, promete ser uno de los complejos más llamativos en los que arte, ocio y naturaleza se den la mano de forma apacible. Se trata de Al-Andalus Jardín, una iniciativa basada en bonsáis que, de forma experimental, abrió sus puertas en Cebreros. Es un espacio en el que los más pequeños de la casa también podrán disfrutar de divertidos juegos.
La iniciativa llega a la capital abulense desde Cebreros, de la mano de la Floristería Al-Andalus. Sus propietarios han decidido trasladar este concepto de jardín a la capital abulense, precisamente, desde la localidad en la que abrieron su primer establecimiento, donde ya son conocidos por haberse especializado en el arte del bonsái.
Estamos ante un espacio de unos 5.000 metros cuadrados que se ubica a poca distancia de la capital abulense y que se encuentra en la finca Los Conchos.
Pretende convertirse, además, en el único espacio de la ciudad especializado en el arte y cuidado de los bonsáis: «requiere mucha paciencia, mucha humedad y muchos cuidados», según una de sus responsables, Noemí Cabero. Y debe ofrecer actividades lo suficientemente atractivas como para que los niños puedan pasar un buen rato.
Lagos, juegos, árboles y naturaleza, en definitiva, se dan la mano con una zona de venta en la que los propietarios de esta singular floristería no sólo venderán sus productos sino también ofrecerán información sobre todo lo relacionado con los bonsáis, el viverismo, el cuidado de plantas y flores, etc.
Esta semana, algunos privilegiados ya pudieron disfrutar de las instalaciones, que, aunque aún no han abierto sus puertas, prometen tener ya algunos seguidores, como el alcalde de Cebreros, Ángel Luis Alonso, y algunos de los miembros de la Corporación municipal cebrereña, que visitaron el Jardín de Al-Andalus respondiendo a la invitación realizada por los propietarios de las instalaciones, vecinos de Cebreros.