Cebreros (Ávila) participa en la misión de Herschel y Planck, los dos telescopios europeos que partirán a explorar el Universo en el cohete Ariane 5, que está ya en la plataforma de lanzamiento.
En un claro de la selva de la Guayana francesa, donde está la base espacial europea en Kourou, el Ariane 5, de 780 toneladas y 50,5 metros de altura, ha salido a las 13:50 hora peninsular del hangar y ha recorrido los 2,8 kilómetros de distancia que hay hasta la plataforma de lanzamiento. La partida está prevista para mañana a las 15:12.
Herschel y Planck, aún siendo dos telescopios independientes, conforman una de las misiones científicas más ambiciosas jamás realizadas por la Agencia Europea del Espacio (ESA), y una de las más caras. Su coste conjunto está en torno a los 1.600 millones de euros, más 200 millones de coste de los instrumentos científicos creados por los numerosos equipos de astrónomos que los han desarrollado con cargo a los propios países. Una decena de empresas y decenas de científicos de instituciones españolas han contribuido a estas dos misiones, diseñadas para observar el universo más frío y desconocido.
Herschel lleva el mayor espejo astronómico puesto en órbita hasta ahora, de 3,5 metros de diámetro. Es un telescopio grande, de 7,5 metros de alto y 3,5 toneladas de masa. Planck, de dos toneladas, mide 4,2 de alto. Tras el lanzamiento, ambos se dirigirán hacia un punto de equilibrio gravitatorio en el sistema Tierra-Sol, situado a 1,5 millones de kilómetros en dirección opuesta a la estrella. Ese punto se denomina L2 y es un especia de planeta virtual en torno al que girarán estos dos observatorios. Tardarán 50 días en llegar a su lugar de trabajo y se colocarán en órbitas diferentes de L2.
Herschel es un telescopio avanzado de infrarrojos, diseñado para ver galaxias muy lejanas de la Tierra y zonas próximas donde están formándose estrellas; también los planetas extrapolares figuran entre sus objetivos prioritarios. Planck será utilizado para fotografiar con detalle jamás alcanzado la radiación de fondo del universo, la luz remanente del Big Bang en la que los científicos quieren encontrar respuesta a la formación de las primeras estructuras en el cosmos, definir la geometría del universo y comprobar teorías sobre su historia.
La participación española en estas dos misiones es de 88 millones de euros en contratos industriales en Herschel y Planck. Además, se han invertido unos 10 millones de euros en instrumentos. Hemos participado en todos los segmentos del proyecto: en la construcción de los satélites y en el desarrollo de los detectores científicos.Además, en el centro de la ESA en España, ESAC, se realizará el tratamiento y explotación de los datos de las dos misiones y una de las dos antenas de comunicación con los telescopios está en España, en Cebreros (Ávila).